Sin solución ( Maikel Nieves)
Algunos poemas
como esos que escribo de madrugada
cuando apenas logro mantener
la atención en la pantalla
no se pueden rescatar
Al día siguiente
comienzo extirpando versos:
diminutos tumores cancerosos
intercambio palabras
bebo uno
dos
tres tragos
Al cabo de una hora descubro ante mí
el veterano al que una mina
le arrancó las piernas en Vietnam
en su silla de ruedas
con uniforme
y una penosa e interminable
colección de medallas.
como esos que escribo de madrugada
cuando apenas logro mantener
la atención en la pantalla
no se pueden rescatar
Al día siguiente
comienzo extirpando versos:
diminutos tumores cancerosos
intercambio palabras
bebo uno
dos
tres tragos
Al cabo de una hora descubro ante mí
el veterano al que una mina
le arrancó las piernas en Vietnam
en su silla de ruedas
con uniforme
y una penosa e interminable
colección de medallas.
Frente al espejo ( Maikel Nieves)
Esta tarde frente al espejo
me he preguntado
cómo luciré cuando sea viejo
alguien me dijo
que las orejas siguen creciendo
y a la nariz le nacen vellos
Desempolvo el último recuerdo de mi padre
en busca de pistas:
Un cuadro pequeño
con marco de madera tallada
allí está
a fines de invierno sentado frente a mí
en una mesa donde apenas cabemos
bebiendo cerveza
con los pómulos inyectados en sangre
y un color azuloso en los labios
El alcohol
le ha crispado el alma
No puedo distinguir
rasgos genuinos de vejez
como arrugas
o un monte de canas
en el que me pueda reflejar
solo el alcohol
y mellas en una mente brillante
Esta tarde frente al espejo
me he preguntado
sin obtener respuesta
cómo luciré cuando sea viejo.
me he preguntado
cómo luciré cuando sea viejo
alguien me dijo
que las orejas siguen creciendo
y a la nariz le nacen vellos
Desempolvo el último recuerdo de mi padre
en busca de pistas:
Un cuadro pequeño
con marco de madera tallada
allí está
a fines de invierno sentado frente a mí
en una mesa donde apenas cabemos
bebiendo cerveza
con los pómulos inyectados en sangre
y un color azuloso en los labios
El alcohol
le ha crispado el alma
No puedo distinguir
rasgos genuinos de vejez
como arrugas
o un monte de canas
en el que me pueda reflejar
solo el alcohol
y mellas en una mente brillante
Esta tarde frente al espejo
me he preguntado
sin obtener respuesta
cómo luciré cuando sea viejo.
Mientras estoy lejos ( Maikel Nieves)
Florecen los almendros del parque
y no estoy para verlos.
Mi madre ha decorado dos veces
la casa
aún conservo en la mente
la vieja instantánea del sombrero charro
y los cuadros en la pared.
Se desgastan sus zapatos
y compra unos nuevos
siempre más estrechos
que se terminan por desgastar.
Y vuelve la pesadilla en las noches:
mi padre me visita
susurra en una lengua que no comprendo
y despierto confuso
pensando que aún vive
y puedo redimir la deuda
de no haberlo arropado
cuando se fue.
Llueve en Los Olivos
se marchitan los almendros
se corroen las paredes de la casa
y la familia con ellas
mientras estoy lejos.
y no estoy para verlos.
Mi madre ha decorado dos veces
la casa
aún conservo en la mente
la vieja instantánea del sombrero charro
y los cuadros en la pared.
Se desgastan sus zapatos
y compra unos nuevos
siempre más estrechos
que se terminan por desgastar.
Y vuelve la pesadilla en las noches:
mi padre me visita
susurra en una lengua que no comprendo
y despierto confuso
pensando que aún vive
y puedo redimir la deuda
de no haberlo arropado
cuando se fue.
Llueve en Los Olivos
se marchitan los almendros
se corroen las paredes de la casa
y la familia con ellas
mientras estoy lejos.
El verdugo (Maikel Nieves)
Nunca fui
el jefe de la manada
ni corría más que el resto
ni las muchachas cuchicheaban
al verme pasar
sólo contaba
con algo de inteligencia
que pocas veces
me salvó del verdugo.
Había repetido el cuarto grado
todos le temíamos
exigía raciones de comida
nos sentaba a su lado
y comenzaba a hablar
como si nos interesara.
Una tarde parloteaba algo
sobre gallinas y pollos
no recuerdo bien
cuando me incorporé
y saqué mi navaja
de afilar lápices.
El diablo empuja
-dijo acercando su rostro al mío-
La navaja zumbó
como una libélula al surcar el viento
abriendo una herida muy profunda
en su mano.
el jefe de la manada
ni corría más que el resto
ni las muchachas cuchicheaban
al verme pasar
sólo contaba
con algo de inteligencia
que pocas veces
me salvó del verdugo.
Había repetido el cuarto grado
todos le temíamos
exigía raciones de comida
nos sentaba a su lado
y comenzaba a hablar
como si nos interesara.
Una tarde parloteaba algo
sobre gallinas y pollos
no recuerdo bien
cuando me incorporé
y saqué mi navaja
de afilar lápices.
El diablo empuja
-dijo acercando su rostro al mío-
La navaja zumbó
como una libélula al surcar el viento
abriendo una herida muy profunda
en su mano.
Las sagradas enseñanzas (Maikel Nieves)
Un libro
apenas más grande
que la palma de mi mano
con letras diminutas
borrosas
sobre hojas amarillentas
hostiles al tacto
No logro recordar
de qué manera
llegó
o quién me condujo
a las sagradas escrituras
que allí reposan
Poseo el vano recuerdo
de esconderme bajo las sábanas
cuando todos dormían
y rezar
una y otra vez
esperando la señal
de algún dios
acaso
el haz de luz
que atenuase el huracán
de mi adolescencia
Mas no hubo respuesta
o quizá
no la supe leer
en la queda melodía
de la brisa nocturna
acariciando las palmas
que se asomaban
tras la ventana
Maikel Nieves Cruz
apenas más grande
que la palma de mi mano
con letras diminutas
borrosas
sobre hojas amarillentas
hostiles al tacto
No logro recordar
de qué manera
llegó
o quién me condujo
a las sagradas escrituras
que allí reposan
Poseo el vano recuerdo
de esconderme bajo las sábanas
cuando todos dormían
y rezar
una y otra vez
esperando la señal
de algún dios
acaso
el haz de luz
que atenuase el huracán
de mi adolescencia
Mas no hubo respuesta
o quizá
no la supe leer
en la queda melodía
de la brisa nocturna
acariciando las palmas
que se asomaban
tras la ventana
Maikel Nieves Cruz
Sin techo (Maikel Nieves)
Ha llovido
demasiado esta noche
tanto
que la calle es un espejo gigante
de agua encharcada
Fumando en el balcón
me pregunto dónde estará
el perro vagabundo
que sale a mi encuentro
cuando paso en bicicleta
y el señor
que limpia parabrisas
en la esquina
para sobrevivir
los cientos de moscas
mosquitos
gorriones
y gatos desamparados
que engalanan el barrio
Ese millón de almas
que pueblan el mundo
sin siquiera un techo
demasiado esta noche
tanto
que la calle es un espejo gigante
de agua encharcada
Fumando en el balcón
me pregunto dónde estará
el perro vagabundo
que sale a mi encuentro
cuando paso en bicicleta
y el señor
que limpia parabrisas
en la esquina
para sobrevivir
los cientos de moscas
mosquitos
gorriones
y gatos desamparados
que engalanan el barrio
Ese millón de almas
que pueblan el mundo
sin siquiera un techo
Sueños (Maikel Nieves)
Últimamente
más de un amigo
me ha visitado
en sueños
Me pregunto
si alguno de ellos
me ha soñado
Maikel Nieves
más de un amigo
me ha visitado
en sueños
Me pregunto
si alguno de ellos
me ha soñado
Maikel Nieves
Manolo (Maikel Nieves)
Mi abuelo
vivió hasta los setenta años
sin luz eléctrica
ni agua potable
internado en el campo
Trabajaba de sol a sol
cosechando tabaco
y caña de azúcar
por unos centavos
Entrada la tarde
la casa se llenaba de guajiros
sapos
y gallinas
que se subían a las camas
A la luz de un farol chino
jugábamos cartas
mientras se contaban historias
de aparecidos
y botijas sepultadas
bajo los árboles
del patio
Más de una vez
tuve tanto miedo
que no podía siquiera
ir al baño en la madrugada
Los domingos
se sacrificaba un animal
se bailaba
y bebía ron
y los que vivían lejos
podían pasar la noche
con nosotros
Aquel tiempo mágico
ha quedado atrás
Hace poco
el abuelo se mudó al pueblo
está más cerca del médico
por aquello de los años
y sus achaques
Él ha cambiado
ya no se alegra al verme
ni sus amigos lo visitan
Pasa las tardes
sentado en un taburete
frente a la puerta de la casa
con la mirada perdida
como esperando
una visita de antaño
que nunca llega
Maikel Nieves
vivió hasta los setenta años
sin luz eléctrica
ni agua potable
internado en el campo
Trabajaba de sol a sol
cosechando tabaco
y caña de azúcar
por unos centavos
Entrada la tarde
la casa se llenaba de guajiros
sapos
y gallinas
que se subían a las camas
A la luz de un farol chino
jugábamos cartas
mientras se contaban historias
de aparecidos
y botijas sepultadas
bajo los árboles
del patio
Más de una vez
tuve tanto miedo
que no podía siquiera
ir al baño en la madrugada
Los domingos
se sacrificaba un animal
se bailaba
y bebía ron
y los que vivían lejos
podían pasar la noche
con nosotros
Aquel tiempo mágico
ha quedado atrás
Hace poco
el abuelo se mudó al pueblo
está más cerca del médico
por aquello de los años
y sus achaques
Él ha cambiado
ya no se alegra al verme
ni sus amigos lo visitan
Pasa las tardes
sentado en un taburete
frente a la puerta de la casa
con la mirada perdida
como esperando
una visita de antaño
que nunca llega
Maikel Nieves
Contraste (Maikel Nieves)
Esto es lo que sucedió:
La playa estaba concurrida
el viento arrullaba las gaviotas
y los perros dormitaban
bajo las palmeras
acaso soñando
con un pez fresco
en su hocico
Señoras dorándose
bajo el sol del mediodía
y un mesero gordiflón
llevando cervezas
de una mesa a otra
como en una especie
de concurso
De repente
algo rozó mi hombro
y al voltearme
vi al niño de bronce
Apenas 7 años
demasiado pequeño
para estar afuera
mendigando solo
pero allí estaba
con los pies enterrados
en la arena
junto a este siglo
de carros de lujo
enfermedades curables incurables
y sexo por monedas
Al verme
sonrió avergonzado
levantando una lata
de frijoles vacía
Maikel Nieves
La playa estaba concurrida
el viento arrullaba las gaviotas
y los perros dormitaban
bajo las palmeras
acaso soñando
con un pez fresco
en su hocico
Señoras dorándose
bajo el sol del mediodía
y un mesero gordiflón
llevando cervezas
de una mesa a otra
como en una especie
de concurso
De repente
algo rozó mi hombro
y al voltearme
vi al niño de bronce
Apenas 7 años
demasiado pequeño
para estar afuera
mendigando solo
pero allí estaba
con los pies enterrados
en la arena
junto a este siglo
de carros de lujo
enfermedades curables incurables
y sexo por monedas
Al verme
sonrió avergonzado
levantando una lata
de frijoles vacía
Maikel Nieves
Metro 6:32 am (Maikel Nieves)
Y allí estaba
aquella mujer
en la estación del metro
a las seis y treinta y dos
de la mañana
con los ojos más hermosos
que he visto en mi vida
No eran las pupilas
verdes y trilladas
de los poemas
Al parecer
no había descansado
la noche anterior
y sus ojos
de miel de cristal bruñido
lucían el rosáceo inyectado
del mal dormir
Tras cavilarlo
me acerqué atemorizado
por el tipo de suerte
que pudiese acarrear
la mirada
de aquel animal salvaje
Bostezó lentamente
cubriendo la boca
con sus manos
cerró los ojos
y por un instante
toda la belleza del mundo
oscureció
Maikel Nieves Cruz
aquella mujer
en la estación del metro
a las seis y treinta y dos
de la mañana
con los ojos más hermosos
que he visto en mi vida
No eran las pupilas
verdes y trilladas
de los poemas
Al parecer
no había descansado
la noche anterior
y sus ojos
de miel de cristal bruñido
lucían el rosáceo inyectado
del mal dormir
Tras cavilarlo
me acerqué atemorizado
por el tipo de suerte
que pudiese acarrear
la mirada
de aquel animal salvaje
Bostezó lentamente
cubriendo la boca
con sus manos
cerró los ojos
y por un instante
toda la belleza del mundo
oscureció
Maikel Nieves Cruz
Una sinfonía nada clásica (Charles Bukowski)
el gato asesinado
en medio de la calle
aplastado por la rueda
ahora no es nada
igual que
nosotros
al
apartar
la
mirada.
en medio de la calle
aplastado por la rueda
ahora no es nada
igual que
nosotros
al
apartar
la
mirada.
Preludio de una muerte anunciada (Maikel Nieves)
Hace una década
se corrió el rumor
de que mi padre había muerto:
algo perfectamente normal
para alguien tan asiduo
a los bares
y el alcohol
Mi tía
siempre relata la anécdota
con un dejo de tristeza
Enseguida llamó al hospital
contactó familiares
amigos
hasta que mi propio padre
le corroboró por teléfono
que se encontraba
mejor que nunca
bebiendo con sus amigos
mientras preparaba
su tesis de doctorado
bajo la bombilla opaca
de su habitación de alquiler
Apenas se inmutó
con semejante noticia
se limitó a pedirle algo de dinero
a mi tía
para brindar por el disgusto
y comprar
el material necesario
para imprimir la tesis
Yo me enteré del suceso
unos meses después
al regresar de la escuela
cuando la historia ya daba risa
pero un diminuto engranaje
en lo profundo de mi ser
crujió
preparándome
para lo que seguramente
más temprano que tarde
ocurriría
y ocurrió
Maikel Nieves
se corrió el rumor
de que mi padre había muerto:
algo perfectamente normal
para alguien tan asiduo
a los bares
y el alcohol
Mi tía
siempre relata la anécdota
con un dejo de tristeza
Enseguida llamó al hospital
contactó familiares
amigos
hasta que mi propio padre
le corroboró por teléfono
que se encontraba
mejor que nunca
bebiendo con sus amigos
mientras preparaba
su tesis de doctorado
bajo la bombilla opaca
de su habitación de alquiler
Apenas se inmutó
con semejante noticia
se limitó a pedirle algo de dinero
a mi tía
para brindar por el disgusto
y comprar
el material necesario
para imprimir la tesis
Yo me enteré del suceso
unos meses después
al regresar de la escuela
cuando la historia ya daba risa
pero un diminuto engranaje
en lo profundo de mi ser
crujió
preparándome
para lo que seguramente
más temprano que tarde
ocurriría
y ocurrió
Maikel Nieves
Mi lucha (Maikel Nieves)
Los poemas me acosan
corretean por la casa
se cuelan en la mochila
que llevo al trabajo
y mordisquean las manzanas
Siempre son los mismos
los que no termino
los cojos
o los que le falta un brazo
piratas viejos y gordos
de voz áspera como lija
Deberían estar reposando
recostarse bajo el sol
en la azotea
alardear sobre su futuro
con un mojito
y un puro
Pero no…
tienen que hacerme la vida
lo suficientemente difícil
como para que me siente
noche tras noche
a intentar terminarlos
Coloco el primero
sobre la mesa
lo retoco varios minutos
mientras le platico
sobre mi día
Otro poema
salta del librero:
-Si hablaras menos
y escribieras más
no estaríamos aquí-
grita en tono amenazador
-Tu amigo
acaba de ganarse un boleto
al final de fila-
le comento al que tengo en frente
Todos dejan de hablar
se calman por un rato
hasta que nuevamente
comienzan a calentarse
los ánimos
y vuelven las discusiones
La situación se repite
varias veces
hasta que
me encuentro tan agotado
que ya nada importa
cuando menos lo esperan
apago el ordenador
y sin despedirme
me meto en la cama
Maikel Nieves
corretean por la casa
se cuelan en la mochila
que llevo al trabajo
y mordisquean las manzanas
Siempre son los mismos
los que no termino
los cojos
o los que le falta un brazo
piratas viejos y gordos
de voz áspera como lija
Deberían estar reposando
recostarse bajo el sol
en la azotea
alardear sobre su futuro
con un mojito
y un puro
Pero no…
tienen que hacerme la vida
lo suficientemente difícil
como para que me siente
noche tras noche
a intentar terminarlos
Coloco el primero
sobre la mesa
lo retoco varios minutos
mientras le platico
sobre mi día
Otro poema
salta del librero:
-Si hablaras menos
y escribieras más
no estaríamos aquí-
grita en tono amenazador
-Tu amigo
acaba de ganarse un boleto
al final de fila-
le comento al que tengo en frente
Todos dejan de hablar
se calman por un rato
hasta que nuevamente
comienzan a calentarse
los ánimos
y vuelven las discusiones
La situación se repite
varias veces
hasta que
me encuentro tan agotado
que ya nada importa
cuando menos lo esperan
apago el ordenador
y sin despedirme
me meto en la cama
Maikel Nieves
Cañaveral (Maikel Nieves)
En el cañaveral de la loma del ñame
todas las noches se congregan
fantasmas centenarios
de negros cimarrones
Los tambores de cuero
retumban en mi ser
y oteo
el tenue aroma a tabaco
que reviste las hojas de caña
La luna se asoma
sobre el palmar
atestiguando la celebración
junto a un centenar
de santos harapientos
Hoy es noche de bembé
aguardiente de alambique
y mulatas desnudas
El cañaveral está susurrando
los demás no lo escuchan
pero yo sí
Maikel Nieves
todas las noches se congregan
fantasmas centenarios
de negros cimarrones
Los tambores de cuero
retumban en mi ser
y oteo
el tenue aroma a tabaco
que reviste las hojas de caña
La luna se asoma
sobre el palmar
atestiguando la celebración
junto a un centenar
de santos harapientos
Hoy es noche de bembé
aguardiente de alambique
y mulatas desnudas
El cañaveral está susurrando
los demás no lo escuchan
pero yo sí
Maikel Nieves
París (Maikel Nieves)
Está junto a mí
apoyada en el barandal
fumando plácidamente
Hace horas que llueve
los perros y los vendedores
se han refugiado
en sus madrigueras
A lo lejos
centellea un relámpago
que por un instante
refulge en sus ojos
Esta noche
el agua sobre el pavimento
brilla para nosotros
y la calle desierta y sucia
extrañamente me recuerda
a París
En el edificio de enfrente
un niño se sienta a la mesa
a realizar los deberes
Ella me dedica
una mirada de complicidad
apoya su cabeza en mi hombro
y en ese instante
se desclavan las palabras
que por tantos años
no he podido decir:
mamá, te quiero
Maikel Nieves
apoyada en el barandal
fumando plácidamente
Hace horas que llueve
los perros y los vendedores
se han refugiado
en sus madrigueras
A lo lejos
centellea un relámpago
que por un instante
refulge en sus ojos
Esta noche
el agua sobre el pavimento
brilla para nosotros
y la calle desierta y sucia
extrañamente me recuerda
a París
En el edificio de enfrente
un niño se sienta a la mesa
a realizar los deberes
Ella me dedica
una mirada de complicidad
apoya su cabeza en mi hombro
y en ese instante
se desclavan las palabras
que por tantos años
no he podido decir:
mamá, te quiero
Maikel Nieves
Manolo (Maikel Nieves)
Mi abuelo
vivió hasta los setenta años
sin luz eléctrica
ni agua potable
internado en el campo
Trabajaba de sol a sol
cosechando tabaco y caña de azúcar
por unos centavos
Entrada la tarde
la casa se llenaba de guajiros
sapos
y gallinas que se subían a las camas
A la luz de un farol chino
jugábamos cartas
mientras se contaban historias
de aparecidos
y botijas sepultadas
bajo los árboles
del patio
Más de una vez
tuve tanto miedo
que no podía siquiera
ir al baño en la madrugada
Todos los domingos
se sacrificaba un animal
se bailaba
y bebía ron
y los que vivían lejos
podían pasar la noche
con nosotros
Aquel tiempo mágico
ha quedado atrás
Hace poco
el abuelo se mudó al pueblo
está más cerca del médico
por aquello de los años
y sus achaques
Él ha cambiado
ya no se alegra al verme
ni sus amigos lo visitan
Pasa las tardes
sentado en un taburete
frente a la puerta de la casa
con la mirada perdida
como esperando
una visita de antaño
que nunca llega
Maikel Nieves
vivió hasta los setenta años
sin luz eléctrica
ni agua potable
internado en el campo
Trabajaba de sol a sol
cosechando tabaco y caña de azúcar
por unos centavos
Entrada la tarde
la casa se llenaba de guajiros
sapos
y gallinas que se subían a las camas
A la luz de un farol chino
jugábamos cartas
mientras se contaban historias
de aparecidos
y botijas sepultadas
bajo los árboles
del patio
Más de una vez
tuve tanto miedo
que no podía siquiera
ir al baño en la madrugada
Todos los domingos
se sacrificaba un animal
se bailaba
y bebía ron
y los que vivían lejos
podían pasar la noche
con nosotros
Aquel tiempo mágico
ha quedado atrás
Hace poco
el abuelo se mudó al pueblo
está más cerca del médico
por aquello de los años
y sus achaques
Él ha cambiado
ya no se alegra al verme
ni sus amigos lo visitan
Pasa las tardes
sentado en un taburete
frente a la puerta de la casa
con la mirada perdida
como esperando
una visita de antaño
que nunca llega
Maikel Nieves
Frente al espejo (Maikel Nieves)
Esta tarde
frente al espejo
me he preguntado
cómo me veré
cuando sea viejo
Alguien me dijo una vez
que las orejas siguen creciendo
y a la nariz
le nacen verrugas
Desempolvo el último recuerdo
de mi padre
en busca de pistas
Es un cuadro pequeño
de marco tallado
Allí está
una tarde de agosto
sentado frente a mí
en una mesa
donde apenas cabemos
bebiendo cerveza
con los pómulos inyectados en sangre
y un color azuloso
en los labios
El alcohol
le ha crispado el alma
No puedo distinguir
rasgos genuinos
de vejez
como arrugas
o un monte de canas
en el que me pueda reflejar
solo el alcohol
y sus mellas
en una mente brillante
Esta tarde
frente al espejo
me he preguntado
sin obtener respuesta
cómo me veré
cuando sea viejo
Maikel Nieves
Mientras estoy lejos (Maikel Nieves)
Florecen los almendros del parque
y no estoy para verlos
Mi madre ha redecorado
dos veces la casa
aún conservo en la mente
la vieja instantánea
del sombrero charro
y los cuadros en la pared
Se desgastan sus zapatos
y se compra unos nuevos
siempre más estrechos
que se terminan por desgastar
Pasa el tiempo
y vuelve la pesadilla en las noches
mi padre me visita
susurra en un idioma
que no comprendo
y despierto confuso
pensando que aún vive
y puedo redimir la deuda
de no haberlo arropado
cuando se fue
Llueve en Los Olivos
se marchitan los almendros
se corroen las paredes
de la casa
y la familia con ellas
mientras estoy lejos
Maikel Nieves
y no estoy para verlos
Mi madre ha redecorado
dos veces la casa
aún conservo en la mente
la vieja instantánea
del sombrero charro
y los cuadros en la pared
Se desgastan sus zapatos
y se compra unos nuevos
siempre más estrechos
que se terminan por desgastar
Pasa el tiempo
y vuelve la pesadilla en las noches
mi padre me visita
susurra en un idioma
que no comprendo
y despierto confuso
pensando que aún vive
y puedo redimir la deuda
de no haberlo arropado
cuando se fue
Llueve en Los Olivos
se marchitan los almendros
se corroen las paredes
de la casa
y la familia con ellas
mientras estoy lejos
Maikel Nieves
Venta de garaje (Maikel Nieves)
Han colgado una lona
entre dos edificios
de fachadas desnudas
“Será atendido por actrices”
reza en amarillo deslavado
Las nubes surcan el cielo
torpes y grises
mientras la gente
hilvana su historia
entre las estrechas callejuelas
de la ciudad
Las ventas de garaje
son un grano
de azúcar gigante
que atrae a hippies
drogadictos
intelectuales pobres
borrachos
toda suerte
de criaturas exóticas
Realmente son actrices
las señoras
sentadas en círculo
justo pasando la entrada
He reconocido un rostro
de la revista
que encontré el mes pasado
mientras limpiaba el sótano
De vez en cuando
llegan personas interesantes
piden precios
se miden la ropa
y la mayoría
termina comprando
y se marcha feliz
Incluso un vagabundo
ha salido ganando
al ahorrarse unas monedas
tras regatear
en un antiguo chaleco
de lujo
El día sigue nublado
más no creo
que llueva
aunque sería interesante
ver a correr a esas señoras
hacia la ropa
mientras sostienen las pelucas
trepidando
sobre sus cabezas
Maikel Nieves Cruz
entre dos edificios
de fachadas desnudas
“Será atendido por actrices”
reza en amarillo deslavado
Las nubes surcan el cielo
torpes y grises
mientras la gente
hilvana su historia
entre las estrechas callejuelas
de la ciudad
Las ventas de garaje
son un grano
de azúcar gigante
que atrae a hippies
drogadictos
intelectuales pobres
borrachos
toda suerte
de criaturas exóticas
Realmente son actrices
las señoras
sentadas en círculo
justo pasando la entrada
He reconocido un rostro
de la revista
que encontré el mes pasado
mientras limpiaba el sótano
De vez en cuando
llegan personas interesantes
piden precios
se miden la ropa
y la mayoría
termina comprando
y se marcha feliz
Incluso un vagabundo
ha salido ganando
al ahorrarse unas monedas
tras regatear
en un antiguo chaleco
de lujo
El día sigue nublado
más no creo
que llueva
aunque sería interesante
ver a correr a esas señoras
hacia la ropa
mientras sostienen las pelucas
trepidando
sobre sus cabezas
Maikel Nieves Cruz
Sin remedio (Maikel Nieves)
La idea de que las palabras son finitas
y difícilmente nace un puñado
cada siglo
me ronda cual mosca
a la jarra de leche
gran parte del día
A veces me sorprende
al doblar la esquina
mientras regreso del mercado
con la baguette bajo el brazo
o se cuelga del porta llaves
para que la roce en un descuido
al salir de casa
Incluso ahora
me siento a escribir con la certeza
de que cada una de las palabras
que brotan de mi ser
ha sido seducida anteriormente
por otro escritor
Lo sé
y aun así me desvelo
esculpiendo la dura roca
del arte
Soy el esposo traicionado
múltiples veces
por una mujer terca
y detallista
Maikel Nieves
y difícilmente nace un puñado
cada siglo
me ronda cual mosca
a la jarra de leche
gran parte del día
A veces me sorprende
al doblar la esquina
mientras regreso del mercado
con la baguette bajo el brazo
o se cuelga del porta llaves
para que la roce en un descuido
al salir de casa
Incluso ahora
me siento a escribir con la certeza
de que cada una de las palabras
que brotan de mi ser
ha sido seducida anteriormente
por otro escritor
Lo sé
y aun así me desvelo
esculpiendo la dura roca
del arte
Soy el esposo traicionado
múltiples veces
por una mujer terca
y detallista
Maikel Nieves
Andrés (Maikel Nieves)
El negro Andrés
apenas platicaba
con la gente del barrio
Día tras día
lo observaba desde el balcón
llegar en su bicicleta china
una de las miles
que regaló el gobierno
y cargarla cinco pisos
como a una recién casada
para que no durmiese
bajo el sereno de la noche
De vez en cuando
bajaba a jugar dominó
Colocaban una gran mesa
cerca del poste de luz
y las horas danzaban
entre humo de tabaco
Entrada la noche
se seguían escuchando
discusiones acaloradas
y el chasquido de las fichas
como relámpagos
al chocar entre ellas
Andrés
era el hazmerreír del barrio
sus amigos
lo criticaban
y agredían en público
para avergonzarlo
por sus los labios gruesos
y complexión delgada como un güin
Él siempre sonreía
ladeando la cabeza
Lentamente
se fue esfumando
Dejó de vérsele
en su bicicleta
y nadie lo extrañó
cuando comenzó a ausentarse
a las partidas nocturnas
Una tarde nos enteramos
de que el cáncer
le había arrebatado la vida
Esa noche
el ron no supo igual
y el barrio
y sus amigos
no volvieron a ser los mismos
Maikel Nieves
Mientras duermes (Maikel Nieves)
Amo el aroma
que impregnas en el cuarto
mientras duermes
El aura de quietud
que lo embalsama todo:
retratos de familia
paredes
santos del tocador
el espacio
que tu ser bendice
Amo entrar en la habitación
y quedar mudo
al descubrir
que me aguardas
tras el velo del sueño
y retirarme en puntillas
a la sala
como un niño
que teme ser descubierto
Maikel Nieves
Vagabundo (Maikel Nieves)
Lo veo todos los días
a eso de las siete de la mañana
sentado sobre la base
de un poste de luz
que ilumina Monte Video
Casi nadie le presta atención
para el mundo
es apenas una colilla de cigarro
quizá ni siquiera eso
Mueve los labios
como platicando consigo mismo
No hay dolor en sus ojos
ni angustia
nada
sólo un inmenso vacío
que no deja de crecer
En algún momento de la noche
se marcha a dormir
lo sé
porque tiene una especie de manta
enrollada con soga
y siempre hay vestigios de pasto
en sus pantalones
En varias ocasiones
he visto que alguien se le acerca
y le da dinero
o comida
Él estira la mano
sin pronunciar palabra
bien sabe
que es una pieza
tan o más importante
que el resto
en el entramado puzle
de la existencia
Maikel Nieves
Huésped (Maikel Nieves)
El poema
se aproxima lentamente
escucho el crujir
casi imperceptible
de la ventana
por donde se cuela
Pretendo ignorarlo
varios minutos
mientras leo algo
en mi pantalla iluminada
Se va aclimatando
a la habitación
Pasea un poco
salta del tocador
al librero
observa las fotografías
en la pared
con un dejo
de indiferencia
Mi gato
se ha acostumbrado
a esta especie de ritual
y no interviene
Voy al baño
con mi revista
para darle espacio
Al regresar
me percato de que ha bebido
un sorbo de la cerveza
y yace acurrucado
en el edredón
-Lo dejamos para luego-
me digo
mientras ocupo la esquina
de la cama
invadido por una extraña sensación
empática
Maikel Nieves
Limbo (Maikel Nieves)
Hace semanas
que trabajo
los mismos once poemas
En las noches
los repaso uno por uno
cambio algunas palabras
desecho otras
corrijo márgenes
pero todos se quedan ahí
como patatas
a medio cocer
en una cacerola oxidada
Sé que no es justo
los imagino impacientes
sentados en un pasillo frio
sin amueblar
con luces de neón
esperando que algo suceda
acaso una luz
que los extermine
o libere
de esa especie de limbo
Hoy
me dispongo a darles
algo de esperanza
por eso
comencé este poema
que en cuatro segundos
ter
mi
na
ré
Maikel Nieves
Mi lucha (Maikel Nieves)
Los poemas
me acosan
corretean por la casa
se cuelan en la mochila
que llevo al trabajo
y mordisquean las manzanas
Siempre son los mismos
los que aún no termino
los cojos
o los que le falta un brazo
piratas viejos y gordos
de voz áspera como lija
Deberían estar reposando
acostarse bajo el sol en la azotea
alardear sobre su futuro
con un tabaco
y un mojito
Pero no…
tienen que hacerme la vida
lo suficientemente difícil
como para que me siente
noche tras noche
a intentar terminarlos
Coloco el primero
sobre la mesa
lo retoco varios minutos
mientras le platico
sobre mi día
De repente
otro poema
salta del librero
-Si hablaras menos
y escribieras más
no estaríamos aquí-
grita en tono amenazador
-Tu amigo
acaba de ganarse un boleto
al final de fila-
le comento al que tengo en frente
Todos dejan de hablar
se calman por un rato
hasta que nuevamente
comienzan a calentarse
los ánimos
y vuelven las discusiones
La situación se repite
varias veces
hasta que
me encuentro tan agotado
que no importan las amenazas
y cuando menos lo esperan
apago el ordenador
y sin despedirme
me meto en la cama
Maikel Nieves
corretean por la casa
se cuelan en la mochila
que llevo al trabajo
y mordisquean las manzanas
Siempre son los mismos
los que aún no termino
los cojos
o los que le falta un brazo
piratas viejos y gordos
de voz áspera como lija
Deberían estar reposando
acostarse bajo el sol en la azotea
alardear sobre su futuro
con un tabaco
y un mojito
Pero no…
tienen que hacerme la vida
lo suficientemente difícil
como para que me siente
noche tras noche
a intentar terminarlos
Coloco el primero
sobre la mesa
lo retoco varios minutos
mientras le platico
sobre mi día
De repente
otro poema
salta del librero
-Si hablaras menos
y escribieras más
no estaríamos aquí-
grita en tono amenazador
-Tu amigo
acaba de ganarse un boleto
al final de fila-
le comento al que tengo en frente
Todos dejan de hablar
se calman por un rato
hasta que nuevamente
comienzan a calentarse
los ánimos
y vuelven las discusiones
La situación se repite
varias veces
hasta que
me encuentro tan agotado
que no importan las amenazas
y cuando menos lo esperan
apago el ordenador
y sin despedirme
me meto en la cama
Maikel Nieves
Como otra tarde cualquiera (Maikel Nieves)
Una de la tarde en Cuba
Sentado en el balcón de la casa
veo transitar la gente
por la avenida central
El pavimento despide un vapor
que pule la piel de las mulatas
abrillantándolas hasta convertirlas
en sublimes esculturas
de bronce antiquísimo
Me quito la camisa
y el sudor me recorre
lamiendo cada centímetro del pecho
deslizándose lentamente
imagen
que me recuerda la miel
Alguien me observa desde abajo
es una joven
de rizos dorados
Soy su novedad
levanto el vaso de ron
a manera de saludo
sonríe
y sigue su camino
con la cabeza inclinada
sin sueños
Hoy
debo ir a la tienda por pan
leche
huevos
y una cajetilla de cigarros
sin embargo
algo me mantiene aquí
contando los minutos
las gallinas
los perros
los niños descalzos
Sin dudas
es un día espléndido
para no hacer nada
Maikel Nieves
Contraste (Maikel Nieves)
Esto es lo que sucedió:
La playa estaba concurrida
el viento arrullaba las gaviotas
y los perros dormitaban bajo las palmeras
acaso soñando
con un pez fresco en su hocico
Señoras dorándose con el Sol
y un mesero gordiflón
llevando cervezas
de una mesa a otra
como en una especie de concurso
De repente
algo rozó mi hombro
al voltearme
vi al niño de bronce
Apenas 7 años
demasiado pequeño para estar afuera
mendigando solo
pero allí estaba
con los pies enterrados en la arena
junto a este siglo
de carros de lujo
enfermedades curables incurables
y sexo por monedas
Al verme
sonrió avergonzado
levantando una lata de frijoles vacía
Maikel Nieves
Nuestro amor (Maikel Nieves)
Es simple nuestro amor
sin grandes destellos
ni zozobras
como una de esas casas
de madera antiquísima
internadas en el bosque
con uno que otro insecto
intempestivo.
Maikel Nieves
Distracciones (Maikel Nieves)
Decenas de fantasmas
escurriéndose por el rabillo del ojo
mientras escribo en la madrugada
bajo la luz tenue
de mi habitación
Intento ser más astuto que ellos
volteo cuando imagino
que menos lo esperan
Es inútil
siempre llevan un paso de ventaja
De vez en cuando
alguno se acerca
y sopla delicadamente
sobre mi nuca
Me incorporo
a revisar las ventanas
No puede ser
una corriente de aire
-me digo-
y bebo otro trago de alcohol
Esto viene ocurriendo
una y otra vez
hace varios meses
En un principio
esperaba sacar un buen poema
del asunto de los fantasmas
pero no puedo
al menos
hoy no
Malditos
se atreven incluso
a golpear la esquina
de mi escritorio
Maikel Nieves
Paseo matinal (Maikel Nieves)
Prefiero pasear en las mañanas
cuando el pasto huele a humedad
y la señoras llevan de la mano a sus hijos
camino a la escuela
Temprano
todos son más educados
Los vendedores
todavía tienen la ilusión
de una jornada próspera por delante
aún no comienzan
las llamadas de los bancos
y el Sol es apenas un manto tibio
acariciando la piel
Me gustan esos paseos mañaneros
por la avenida central
cuando el día aún ofrece
su mejor cara
Maikel Nieves
Escribir sobre mi padre (Maikel Nieves)
Es difícil escribir sobre un padre
que se ha marchado
y no puede juzgarte
como lo haces tú
agitando los polvos de su sepulcro
Es difícil escribir sobre un padre
que buscaste por décadas
y no lograste siquiera
encontrar su tumba
cuando fuiste al cementerio
Es difícil escribir sobre un padre
que intentó guiarte
a través de la densa niebla del alcohol
que te compró un camión de volteo
y te sorprendió con un cerdo
sobre la mesa de la casa
cuando más pasabas hambre
Es difícil escribir sobre un padre
que te animó a besar una chica
con apenas once años
y te enseñó a querer a otra mujer
como a tu propia madre
Es difícil escribir sobre un padre
cuando todos juzgan el divorcio
y te miran con desdén
y tu madre se levanta en la madrugada
va al trabajo
y la ves sangrar
y mentir
por un par de zapatos
y regresar a la casa derrotada
a dormir sola
Es difícil
muy difícil
escribir sobre mi padre
Maikel Nieves Cruz
Invierno (Maikel Nieves)
Ha regresado el inverno
y en algún rincón del mundo
una joven llega del trabajo
acaso una revista de modas
o una importante firma de mercadotecnia
Deja las alhajas sobre la barra
que la recibe con un whisky
Acaricia el roble tallado con las uñas
como a la espalda de un amante
le agradece
tantas noches de compañía
el apoyo incondicional
Abre la bolsa Louis Vuitton
y toma un pequeño frasco
que destapa con torpeza
Esta no es cualquier noche
ha regresado el invierno
y desea escurrirse entre las nubes
cual ave migratoria
Recostada en la cama
se sumerge
en la niebla espesa del sueño
Imagina que es nieve vieja
sobre hierba marchita
una barca ardiendo en el centro del océano
un párpado gigante que
len
ta
men
te
se cierra
Maikel Nieves
Sin techo (Maikel Nieves)
Ha llovido demasiado esta noche
tanto
que la calle es un espejo gigante
de agua encharcada
Fumando en el balcón
me pregunto dónde estará
el perro vagabundo
que sale a mi encuentro
cuando paso en bicicleta
y el señor
que limpia parabrisas en la esquina
para sobrevivir
los cientos de moscas
mosquitos
gorriones
y gatos desamparados
que engalanan el barrio
Ese millón de almas
que puebla el mundo
sin siquiera un techo
Maikel Nieves
Cañaveral (Maikel Nieves)
En el cañaveral de la loma del ñame
todas las noches se congregan
fantasmas centenarios
de negros cimarrones
Puedo sentir los tambores de cuero
retumbando en mi ser
y otear
el tenue aroma a tabaco
impregnado en las hojas de caña
Incluso he descubierto surcos
labrados por pies descalzos
La luna se asoma sobre las palmas
atestigua la celebración
junto a un centenar de santos harapientos
Hoy es noche de bembé
aguardiente de alambique
y mulatas desnudas
con pechos de bronce
El cañaveral está susurrando
los demás no lo escuchan
pero yo sí
Maikel Nieves
Carro de supermercado (Maikel Nieves)
Dobla la esquina
un carrito de supermercado
lleno de todo tipo de trastes:
latas vacías
peluches descocidos
cajas de cerveza
papeles de colores
periódicos
y un globo de Cantoya colgando
Detrás viene un anciano sonriendo
acaso por la sinfonía
que producen sus bienes
al tomar los baches
Justo cuándo pienso que va a pasar de largo
el carrito deja de traquetear
-¿Oye amigo
me das de tu cerveza?-
A veces
hay que ceder un poco
y la verdad
no está nada mal
compartir unos tragos
mirando el firmamento
sobre los acogedores cartones
de un sin techo
Maikel Nieves
Reencuentro (Maikel Nieves)
Fue mágico el reencuentro
Buscarte entre un millón
de almas enclaustradas
leyendo epitafios
y nombres desconocidos
encumbrados por el tiempo y sus polvos
Apuesto a que te impacientaste
y reíste con tus nuevos vecinos
al ver cómo recorría
una y otra vez
los interminables pasillos de lápidas
Esa tarde
pude sentir
como los muertos
se aferraban a mis zapatos
y bebían de mi ser
Te busqué
como busqué vestigios de tu lucidez
la última vez que nos vimos
y me contaste la misma historia varias veces
reíste
y te aferraste a mi brazo
cuando besé tu cabellera de plata
Fue mágico el reencuentro
encontrarte en un lugar apartado
bañada en hojas secas
tras una lápida humilde
con la estampa de un diminuto ángel
que reconocí al instante
Maikel Nieves
Escrito en la pared de una habitación de hospital (Maikel Nieves)
Precisaba de aquel espacio suspendido,
de la redentora abertura rectangular
que el alma
recrea en las ventanas.
Maikel Nieves
Yo escribo (Maikel Nieves)
Afuera, se escucha el aullido desamparado
del perro del segundo
El día ha comenzado con la temperatura baja
nublado
es muy probable
que las vecinas no enciendan
esa molesta lavadora
que enmierda todo con ruido
Es una lástima que no tenga una ventana
para espiar a los transeúntes
y nutrir el arte,
sin embargo
eso permite que me salve
al menos unas horas al día
de gente sin rostro
con narices mal puestas
y ropa desaliñada;
gente que se dio por vencida
hace mucho tiempo
vertiendo la pasión al retrete
y halando de la cadena
Es una bendición
no ser testigo
de tantas mediocres realidades
que suceden a mi rededor
Encerrarme en mi cápsula sin tiempo
y estar consciente
de que mientras afuera
la gente se preocupa por su jardín
come frutas insípidas
cuida su nivel de alcohol
maltrata mascotas
compra cartones de leche
juega a la lotería
y marcha resignada hacia la tumba
yo escribo
Maikel Nieves
París (Maikel Nieves)
Está junto a mí
apoyada en el barandal
fumando plácidamente
Hace horas que llueve
los perros y los vendedores
se han refugiado
en sus madrigueras
A lo lejos centellea un relámpago
que por un instante
refulge en sus ojos
Esta noche
el agua sobre el pavimento
brilla para nosotros
y la calle desierta y sucia
extrañamente recuerda a París
En el edificio de enfrente
un niño se sienta a la mesa
a realizar los deberes
Ella me dedica una mirada de complicidad
apoya su cabeza en mi hombro
y en ese instante
se desclavan las palabras
que por tantos años
no he podido decir:
Mamá, te quiero
Maikel Nieves
Moscas (Maikel Nieves)
No hay mucho
que hacer
con esta calor
un domingo en Cuba
Deambulo por la casa
mirando las paredes
con un vaso de ron
Las moscas se posan en mi sien
Todas susurran
la misma historia
De alguna manera
se han puesto de acuerdo:
Es un tssssssssssss que
agota la paciencia
Les grito una y otra vez
que se larguen
No importa lo que haga
siempre regresan
Insisten
hasta que termino derramando
la bebida en el suelo
No hay mucho que hacer
con esta calor
un domingo en Cuba
Derrotado
me siento en el balance
pensando en un viejo poema
de Hemingway
De nuevo
el tssssssssssss en el oído
Incluso las moscas
hoy pueden ganarme la pelea
Maikel Nieves
con esta calor
un domingo en Cuba
Deambulo por la casa
mirando las paredes
con un vaso de ron
Las moscas se posan en mi sien
Todas susurran
la misma historia
De alguna manera
se han puesto de acuerdo:
Es un tssssssssssss que
agota la paciencia
Les grito una y otra vez
que se larguen
No importa lo que haga
siempre regresan
Insisten
hasta que termino derramando
la bebida en el suelo
No hay mucho que hacer
con esta calor
un domingo en Cuba
Derrotado
me siento en el balance
pensando en un viejo poema
de Hemingway
De nuevo
el tssssssssssss en el oído
Incluso las moscas
hoy pueden ganarme la pelea
Maikel Nieves
Perfección (Maikel Nieves)
Hay perfección
en las madrugadas
y la esquina
donde escribo
En el humo de tabaco
y su danza vaporosa
En los libros empolvados
que pueblan como vírgenes
las bibliotecas rurales
En los tigres
En el filo de una daga
sonriendo bajo el sol
Hay perfección
en las noches
de vino y películas
de bajo presupuesto
En tu cabello
irradiando felicidad
En el alumbrado público
En un gato bostezando
En mis dedos y tu piel
que con un roce
se descubren
Maikel Nieves
Sueño (Maikel Nieves)
Últimamente
más de un amigo
me ha visitado
en sueños
Me pregunto
si alguno de ellos
me ha soñado
Maikel Nieves
Manolo (Maikel Nieves)
Mi abuelo
vivió hasta los setenta años
sin luz eléctrica
ni agua potable
internado en el campo
Trabajaba de sol a sol
cosechando tabaco y caña de azúcar
por unos centavos
Entrada la tarde
la casa se llenaba de guajiros
sapos
y gallinas que se subían a las camas
A la luz de un farol chino
jugábamos cartas
mientras se contaban historias
de aparecidos y botijas
sepultadas bajo los árboles
Más de una vez
tuve tanto miedo
que no podía siquiera
ir al baño en la madrugada
Todos los domingos
se sacrificaba un animal
se bailaba
se bebía ron
y los que vivían lejos
podían pasar la noche
con nosotros
Todo eso
ha quedado atrás
Hace poco tiempo
el abuelo se mudó al pueblo
está más cerca del médico
por aquello de los años y sus achaques
Él ha cambiado
ya no se alegra al verme
ni sus amigos lo visitan
Pasa las tardes
sentado en un taburete
frente a la puerta de la casa
con la mirada perdida
Como esperando alguna visita de antaño
que nunca llega
Maikel Nieves
vivió hasta los setenta años
sin luz eléctrica
ni agua potable
internado en el campo
Trabajaba de sol a sol
cosechando tabaco y caña de azúcar
por unos centavos
Entrada la tarde
la casa se llenaba de guajiros
sapos
y gallinas que se subían a las camas
A la luz de un farol chino
jugábamos cartas
mientras se contaban historias
de aparecidos y botijas
sepultadas bajo los árboles
Más de una vez
tuve tanto miedo
que no podía siquiera
ir al baño en la madrugada
Todos los domingos
se sacrificaba un animal
se bailaba
se bebía ron
y los que vivían lejos
podían pasar la noche
con nosotros
Todo eso
ha quedado atrás
Hace poco tiempo
el abuelo se mudó al pueblo
está más cerca del médico
por aquello de los años y sus achaques
Él ha cambiado
ya no se alegra al verme
ni sus amigos lo visitan
Pasa las tardes
sentado en un taburete
frente a la puerta de la casa
con la mirada perdida
Como esperando alguna visita de antaño
que nunca llega
Maikel Nieves
Túneles subterráneos (Maikel Nieves)
Tengo la sospecha
de que los cementerios
se comunican mediante alguna especie
de túneles subterráneos
iluminados como las minas
con series interminables
de bombillos empolvados
por donde vagan los fantasmas
Siempre he querido visitar una mina
aunque no sé si mi asma lo permita
Supongo que tendré que esperar
a que muera
Maikel Nieves
Born into this (Maikel Nieves)
Todos los días
me propongo ser mejor
más ordenado
metódico
trabajador
darlo todo
por el arte
desayudar jugos
comer más verduras
escribir a las horas “sugeridas”
esas en las que el cerebro
trabaja a todo gas
Pero siempre llega la noche
y me acorrala en la esquina
como a un boxeador extenuado
y cuando el knockout es inminente
me guiña un ojo
coquetea
y me invita a un ron
a divagar entre poemas a medias
Todo con el objetivo
de intentar convencerme
that I'm just
another
lazy writer
Maikel Nieves
Noche de lectura
Y allí estaba
sentado frente a nosotros
en una noche de lectura
el gran poeta
Bebía
encendía un cigarro
eructaba
se perdía en sus pensamientos
contaba alguna historia
que atrapaba en el aire
se rascaba la entrepierna
bebía nuevamente
encendía otro cigarro
y entonces
-pasados unos diez minutos-
leía un poema
Tengo que hacer tiempo
perdí la mitad de los trabajos en el camino
-se justificaba-
De repente
alguien detrás de mí
se paró sobre la silla
y comenzó a insultarlo
El gran poeta
dejó que terminara
miró el auditorio
por encima de los espejuelos
sonrió
bebió otro trago
y visiblemente agradecido
continuó con su trabajo
Maikel Nieves
El ángel del parque
Apenas despuntaba el alba
y nuevamente estábamos borrachos
la universidad aburría
Hacer el amor
dormir
caminar como hormigas
por aquel laberinto de concreto
y escuchar durante seis horas
profesores que enseñaban muy poco
La misma molienda de siempre
no quedaba más
que beber
y criticar a los demás
Una mañana
se habían acabado los cigarros
y el alcohol
Desde el departamento
gozábamos de una excelente vista
al diminuto parque central
donde algunos estudiantes conversaban
Miré a mi amigo
y de repente
todo cobró sentido
me desnudé
y con una sábana en el cuello
bajé a saludar a los colegas
Maikel Nieves
Habitación de hospital (Maikel Nieves)
Una habitación de hospital
puede ofrecer
la óptica singular del mundo
con su aire acondicionado
enfermeras entrando y saliendo
sin llamar a la puerta
fotografías demacradas
anidando en la pared
ángeles y demonios
sopesando pecados ajenos
y el murmullo
de las sillas de rueda
desplazándose cautelosamente
como queriendo no ser escuchadas
Maikel Nieves Cruz
Debt (Deuda)
Todos cargamos
con nuestros demonios
los maldecimos
nos quejamos
Nos acostumbramos
a vivirlos
día tras día
pero
de vez en cuando
sucede un evento
que como tocado por la fantasía
nos conjuga con un ser
único
irrepetible
Y no queda más
que postrarnos
Reconocer
que más allá
de nuestra penosa existencia
existen seres
poblados de cicatrices ancestrales
a los cuales
no les debemos otra cosa
que
AMARLOS
Maikel Nieves
con nuestros demonios
los maldecimos
nos quejamos
Nos acostumbramos
a vivirlos
día tras día
pero
de vez en cuando
sucede un evento
que como tocado por la fantasía
nos conjuga con un ser
único
irrepetible
Y no queda más
que postrarnos
Reconocer
que más allá
de nuestra penosa existencia
existen seres
poblados de cicatrices ancestrales
a los cuales
no les debemos otra cosa
que
AMARLOS
Maikel Nieves
A un amigo
Añoro regresar
descubrir que te has hecho más viejo
rememorar los momentos compartidos
fumar en silencio a tu lado
Cerciorarme de que aunque haya pasado el tiempo
y nuestras sombras se arqueen
seguimos siendo los mismos
de que seis años de ausencia
se diluyen en un ron
Maikel Nieves
Don´t try (Maikel Nieves)
¿Quieres ser escritor?
¿Realmente quieres ser escritor?
Si no estás dispuesto a sangrar cuartillas en blanco
no lo intentes
Si nunca le has pegado a alguien
no lo intentes
Si no te sientes inmortal mientras escribes
no lo intentes
Si tu mente no es un huracán
no lo intentes
Si tuviste una infancia perfecta
no lo intentes
Si crees que la primera idea
no es la mejor idea
no lo intentes
Si no tienes vicios
no lo intentes
Si sólo buscas la fama
no lo intentes
Si te avergüenza quien eres
no lo intentes
Si no vas a ser escritor de fondo
no lo intentes
Si no te escuchan cuando hablas en público
no lo intentes
Si no tienes las bolas
definitivamente
no lo intentes
Maikel Nieves
Doctor sueño (Maikel Nieves)
Hoy puedo dormir tranquilo
entregarme a la densa niebla del sueño
y perderme en ese abismo unicolor
donde todos
aparentemente
somos iguales
No más presiones de alquiler
ni esa punzada intempestiva
que vaticina enfermedad
No más política
sudor
ángeles y demonios
No más madre estoy envejeciendo
ni pulcras bóvedas numeradas
frente a las que llorar
Mañana será otro día
y al salir de casa
una ventisca de preocupaciones
golpeará mi rostro
y ajará mi sonrisa
Lo sé
lo he vivido miles de veces
sin embargo
al menos esta noche
puedo dormir tranquilo
Maikel Nieves
Reminiscencias (Maikel Nieves)
La Plaza de
Jesús
El boulevard y sus limosneros
Comidas de arroz y tomates
Ese balcón de todos
desde donde vimos al vecino
arrastrar por las greñas a su mujer
desnudarla
y luego vapulear a dos policías
Las tardes en carretilla
Partidas interminables de dominó
Buenos días sin desayuno
Mi abuela arropándome
La familia reunida
entre risas y ron
El negro Pedro
y su altar de santos
que solo a él lo escuchan
Todo
absolutamente todo
tres años después
parece parte
de una vieja película
El boulevard y sus limosneros
Comidas de arroz y tomates
Ese balcón de todos
desde donde vimos al vecino
arrastrar por las greñas a su mujer
desnudarla
y luego vapulear a dos policías
Las tardes en carretilla
Partidas interminables de dominó
Buenos días sin desayuno
Mi abuela arropándome
La familia reunida
entre risas y ron
El negro Pedro
y su altar de santos
que solo a él lo escuchan
Todo
absolutamente todo
tres años después
parece parte
de una vieja película
Confesión (Charles Bukowski)
Esperando a la muerte
como a un gato
que saltará sobre la cama
estoy muy afligido por mi esposa
ella verá este
tieso
blanco
cuerpo
lo sacudirá una vez, quizás
de nuevo
“Hank!”
Hank no responderá
no es mi muerte lo que
me preocupa, es mi esposa
abandonada
con este montón de nada.
quiero
hacerle saber
sin embargo
que todas las noches
durmiendo a su lado
incluso los más triviales argumentos
fueron cosas
siempre espléndidas
y las difíciles
palabras
que siempre temí
decir
pueden ser
dichas ahora:
Te
amo.
como a un gato
que saltará sobre la cama
estoy muy afligido por mi esposa
ella verá este
tieso
blanco
cuerpo
lo sacudirá una vez, quizás
de nuevo
“Hank!”
Hank no responderá
no es mi muerte lo que
me preocupa, es mi esposa
abandonada
con este montón de nada.
quiero
hacerle saber
sin embargo
que todas las noches
durmiendo a su lado
incluso los más triviales argumentos
fueron cosas
siempre espléndidas
y las difíciles
palabras
que siempre temí
decir
pueden ser
dichas ahora:
Te
amo.
Pistas
Te las has ingeniado
para desde que partiste
inundar mi mundo de pistas
Tengo la certeza
en algún plano
aún existes
Maikel Nieves
Aullido (Maikel Nieves)
Tuve un
amigo
mucho mayor que yo
cuando apenas tenía 10 años
No recuerdo cómo lo conocí
Todos los días visitaba su casa
y él
gentilmente
me acercaba una bolsa de juguetes
que derramaba en su balcón
Era una mezcla mágica
de piezas de todo el mundo
algunas plásticas
otras de madera
y muchas más de metal
una interminable colección de soldados
con uniformes diferentes
que me absorbía a su mundo de batallas y sangre
hasta entrada la noche
Un día nadie respondió a su puerta
ni el siguiente
ni una semana después
Al principio pensé que estaba de viaje
Seguí insistiendo
hasta que una tarde
mi madre me sentó a su lado
y habló de la muerte
de que todos
tarde o temprano
nos marchamos a un lugar muy distante
para no volver
Han pasado muchos años
tantos
que ya no estoy seguro de realmente haber vivido esa época
A veces pienso que todo fue obra de una mente desesperada
el aullido ahogado de una infancia trunca
infeliz
mucho mayor que yo
cuando apenas tenía 10 años
No recuerdo cómo lo conocí
Todos los días visitaba su casa
y él
gentilmente
me acercaba una bolsa de juguetes
que derramaba en su balcón
Era una mezcla mágica
de piezas de todo el mundo
algunas plásticas
otras de madera
y muchas más de metal
una interminable colección de soldados
con uniformes diferentes
que me absorbía a su mundo de batallas y sangre
hasta entrada la noche
Un día nadie respondió a su puerta
ni el siguiente
ni una semana después
Al principio pensé que estaba de viaje
Seguí insistiendo
hasta que una tarde
mi madre me sentó a su lado
y habló de la muerte
de que todos
tarde o temprano
nos marchamos a un lugar muy distante
para no volver
Han pasado muchos años
tantos
que ya no estoy seguro de realmente haber vivido esa época
A veces pienso que todo fue obra de una mente desesperada
el aullido ahogado de una infancia trunca
infeliz
Mientras estoy lejos (Maikel Nieves)
Florecen los
almendros del parque
y no estoy para verlos
Mi madre ha redecorado dos veces la casa
yo conservo en la mente
la vieja instantánea
del sombrero charro y los cuadros en la pared
Se desgastan sus zapatos y se compra unos nuevos
siempre más estrechos
que se terminan por desgastar
Pasa el tiempo
y vuelve la pesadilla en las noches
mi padre me visita
susurra en un idioma que no entiendo
y despierto confuso
pensando que aún vive
y puedo redimir la deuda
de no haberlo arropado cuando se fue
Llueve en Los Olivos
se marchitan los almendros
se corroen las paredes de la casa
y la familia con ellas
mientras estoy lejos
y no estoy para verlos
Mi madre ha redecorado dos veces la casa
yo conservo en la mente
la vieja instantánea
del sombrero charro y los cuadros en la pared
Se desgastan sus zapatos y se compra unos nuevos
siempre más estrechos
que se terminan por desgastar
Pasa el tiempo
y vuelve la pesadilla en las noches
mi padre me visita
susurra en un idioma que no entiendo
y despierto confuso
pensando que aún vive
y puedo redimir la deuda
de no haberlo arropado cuando se fue
Llueve en Los Olivos
se marchitan los almendros
se corroen las paredes de la casa
y la familia con ellas
mientras estoy lejos
Hotel dulce hotel
Yo también fui un niño normal.
Jugaba a la guerra durante la guerra
y soñaba con aviones yanquis
pájaros negros arañando el cielo
Yo también frazada adobada
y salté a una cornisa por queso
y acompañé a mi madre durante horas
identificación en mano
para recibir una hamburguesa
Yo también pies desnudos
sarna
infecciones
dengue
mejor educación y médicos del mundo
Yo también soñé
había una vez
hotel dulce hotel
pizzas
shows
Varadero
la otra Cuba
las horas pasan volando
Yo también
gracias mamá
fui un niño
normal
Jugaba a la guerra durante la guerra
y soñaba con aviones yanquis
pájaros negros arañando el cielo
Yo también frazada adobada
y salté a una cornisa por queso
y acompañé a mi madre durante horas
identificación en mano
para recibir una hamburguesa
Yo también pies desnudos
sarna
infecciones
dengue
mejor educación y médicos del mundo
Yo también soñé
había una vez
hotel dulce hotel
pizzas
shows
Varadero
la otra Cuba
las horas pasan volando
Yo también
gracias mamá
fui un niño
normal
Contraste
Esto es lo que sucedió:
La playa estaba concurrida
el viento arrullaba las gaviotas
y los perros dormían bajo las palmeras
quizá soñando con un pez fresco en su hocico
Señoras dorándose con el sol
y un mesero gordiflón llevando cervezas
de una mesa a otra
como en una especie de concurso
De repente algo rozó mi hombro
Al voltearme
allí estaba el niño de bronce
Apenas 7 años
demasiado pequeño para estar afuera
mendigando solo
pero allí estaba
con los pies enterrados en la arena
junto a este siglo de carros de lujo
enfermedades curables incurables
y sexo por monedas
Al verme sonrió
levantando una lata de frijoles vacía
La playa estaba concurrida
el viento arrullaba las gaviotas
y los perros dormían bajo las palmeras
quizá soñando con un pez fresco en su hocico
Señoras dorándose con el sol
y un mesero gordiflón llevando cervezas
de una mesa a otra
como en una especie de concurso
De repente algo rozó mi hombro
Al voltearme
allí estaba el niño de bronce
Apenas 7 años
demasiado pequeño para estar afuera
mendigando solo
pero allí estaba
con los pies enterrados en la arena
junto a este siglo de carros de lujo
enfermedades curables incurables
y sexo por monedas
Al verme sonrió
levantando una lata de frijoles vacía
Lamentación del sin techo (Allen Ginsberg)
Perdona, amigo, no quise molestarte
pero volví de Vietnam
donde maté a un montón de caballeros vietnamitas
algunas damas también
y no pude soportar el dolor
y de miedo cogí un hábito
y pasé por la rehab y estoy limpio
pero no tengo lugar donde dormir
y no sé qué hacer
conmigo ahora mismo
Lo siento, amigo, no quise molestarte
pero hace frío en la calle
y mi corazón está enfermo solo
y estoy limpio, pero mi vida es un desastre
Tercera Avenida
y calle E. Houston
en el paso peatonal bajo el semáforo en rojo
limpio tu parabrisas con un trapo sucio
pero volví de Vietnam
donde maté a un montón de caballeros vietnamitas
algunas damas también
y no pude soportar el dolor
y de miedo cogí un hábito
y pasé por la rehab y estoy limpio
pero no tengo lugar donde dormir
y no sé qué hacer
conmigo ahora mismo
Lo siento, amigo, no quise molestarte
pero hace frío en la calle
y mi corazón está enfermo solo
y estoy limpio, pero mi vida es un desastre
Tercera Avenida
y calle E. Houston
en el paso peatonal bajo el semáforo en rojo
limpio tu parabrisas con un trapo sucio
El niño amaestrado
Miraba sus piececitos tapiados
como tallados litorales.
Huir de la tiranía de sus pasos
le haría bien.
Palabras
Descalzándose
Sin tiempo.
como tallados litorales.
Huir de la tiranía de sus pasos
le haría bien.
Palabras
Descalzándose
Sin tiempo.
Hotel cielo estrellado
Todos tenemos derecho a esa habitación espaciosa
con vista espectacular al firmamento
donde no se pagan facturas
ni hay una esposa esperando
con reclamos y greñas.
Allá
cerca del puente interestatal
donde duermen parados los sin casa
alimentando humeantes tarros de basura
Maikel Nieves Cruz
con vista espectacular al firmamento
donde no se pagan facturas
ni hay una esposa esperando
con reclamos y greñas.
Allá
cerca del puente interestatal
donde duermen parados los sin casa
alimentando humeantes tarros de basura
Maikel Nieves Cruz
Ciclos
“Contando nuestras vidas delante de todos, acabamos descubriendo que la mayoría de la gente ha vivido lo mismo.”
Paulo Cohelo
Ciclos
Mi universo es circular
doy vueltas
y vueltas
y tras cada ciclo la muerte
bebe de a sorbos mi alma
Maikel Nieves
Paulo Cohelo
Ciclos
Mi universo es circular
doy vueltas
y vueltas
y tras cada ciclo la muerte
bebe de a sorbos mi alma
Maikel Nieves
Poema
Ese caprichoso poema
que me roba el sueño
revoloteando en mis oídos
y cuando lo intento atrapar
entre mis dedos se escurre
que me roba el sueño
revoloteando en mis oídos
y cuando lo intento atrapar
entre mis dedos se escurre
La levedad de la existencia
No comprende el niño
atónito frente a su pecera improvisada
la levedad de la existencia
Desde otro plano
quizá al que todos nos conducimos irremediablemente
el pez lo mira fijamente
y a su vez el niño observa
el señor de manos afiladas
y traje oscuro
que presencia la escena
desde el sillón de la esquina
Resulta difícil respirar
bajo la vaporosa niebla grisácea
que lo cubre todo
Los segundos transcurren lentamente
el suelo gélido aprisiona sus piececitos desnudos
No comprende el niño
atónito frente a su pecera improvisada
la levedad de la existencia
Maikel Nieves Cruz
atónito frente a su pecera improvisada
la levedad de la existencia
Desde otro plano
quizá al que todos nos conducimos irremediablemente
el pez lo mira fijamente
y a su vez el niño observa
el señor de manos afiladas
y traje oscuro
que presencia la escena
desde el sillón de la esquina
Resulta difícil respirar
bajo la vaporosa niebla grisácea
que lo cubre todo
Los segundos transcurren lentamente
el suelo gélido aprisiona sus piececitos desnudos
No comprende el niño
atónito frente a su pecera improvisada
la levedad de la existencia
Maikel Nieves Cruz
El escarabajo
Sobre el pasto
y acunado en sus manecitas
un niño observa el delgado surco
que deja tras de sí el escarabajo
Lo arrulla el aroma matinal
A lo lejos
una anciana
exprime su viejo pozo oxidado
El horizonte se desvanece
al compás de la brisa susurrante
que acaricia sus oídos
tarareando una canción de cuna
que le recuerda el tenue aroma
a leche fresca
El escarabajo es apenas un trazo impreciso
dorado por el sol
Las horas corren como una gacela por la pradera
Acunado bajo el árbol
un niño sueña
Maikel Nieves
y acunado en sus manecitas
un niño observa el delgado surco
que deja tras de sí el escarabajo
Lo arrulla el aroma matinal
A lo lejos
una anciana
exprime su viejo pozo oxidado
El horizonte se desvanece
al compás de la brisa susurrante
que acaricia sus oídos
tarareando una canción de cuna
que le recuerda el tenue aroma
a leche fresca
El escarabajo es apenas un trazo impreciso
dorado por el sol
Las horas corren como una gacela por la pradera
Acunado bajo el árbol
un niño sueña
Maikel Nieves
Las islas
En el balcón de la casa que dejé
habita un viejo balance.
Una tarde cualquiera vimos claudicar
su brazo derecho.
Un peso liviano ondula
las rejillas empolvadas;
el peso de un cuerpo corroído,
próximo a zarpar a una isla
desconocida y muda.
Ella acaricia el filo de sus faldas
mientras me habla
de fincas y riquezas que nunca tuvo,
de antiguos ciclones,
y del mozo del carrito de leche
que una mañana le guiñó el ojo.
Tras sus pupilas,
reconozco la huella
del gusano que le puebla la mente.
Su voz de incienso
atraviesa el mar
acunada en la brisa de las islas.
Más allá de la sordera
y el sueño entrecortado,
me aguarda en el balcón;
sentada en un balance
que hace su mejor esfuerzo por sostenerse.
Maikel Nieves Cruz
habita un viejo balance.
Una tarde cualquiera vimos claudicar
su brazo derecho.
Un peso liviano ondula
las rejillas empolvadas;
el peso de un cuerpo corroído,
próximo a zarpar a una isla
desconocida y muda.
Ella acaricia el filo de sus faldas
mientras me habla
de fincas y riquezas que nunca tuvo,
de antiguos ciclones,
y del mozo del carrito de leche
que una mañana le guiñó el ojo.
Tras sus pupilas,
reconozco la huella
del gusano que le puebla la mente.
Su voz de incienso
atraviesa el mar
acunada en la brisa de las islas.
Más allá de la sordera
y el sueño entrecortado,
me aguarda en el balcón;
sentada en un balance
que hace su mejor esfuerzo por sostenerse.
Maikel Nieves Cruz
Escrito en la pared de una habitación de hospital
Precisaba de aquel espacio suspendido,
de la redentora abertura rectangular
que el alma
recrea en las ventanas.
Maikel Nieves Cruz
de la redentora abertura rectangular
que el alma
recrea en las ventanas.
Maikel Nieves Cruz
Buenas noches
Buenas noches
dije
al torcer el picaporte
y contestó
soñoliento
el delgado fantasma
de tu ausencia
Maikel Nieves
Haikus
I
La hoja marchita
perforada de sed,
cae en el lago.
II
Corren los niños
despertando los polvos
de la vereda.
III
Sobre la lámpara
es apenas un trazo
la mariposa.
IV
Que absurdo estar
una tarde de otoño
bajo la piel.
Maikel Nieves
La hoja marchita
perforada de sed,
cae en el lago.
II
Corren los niños
despertando los polvos
de la vereda.
III
Sobre la lámpara
es apenas un trazo
la mariposa.
IV
Que absurdo estar
una tarde de otoño
bajo la piel.
Maikel Nieves
Instante
Nunca más
este instante
de cigarrillos y café
esperando que aparezcas
y te sientes a mi lado
con una sonrisa
y el candor de tus manos.
Nunca más
este instante
esta estocada
que me asesta el amor
y de perfil se escurre.
Maikel Nieves
este instante
de cigarrillos y café
esperando que aparezcas
y te sientes a mi lado
con una sonrisa
y el candor de tus manos.
Nunca más
este instante
esta estocada
que me asesta el amor
y de perfil se escurre.
Maikel Nieves
Instantánea
He aquí una caja de cerillos vacía
que en un descuido
el borracho de enfrente
dejó caer bajo su mesa.
Quizás
sólo quizás
antes de ser vendida
soñó con unas manos tersas
que jugueteaban con ella
o que encendía los puros
de un político importante.
Sin embargo
allí está
manchada de vómitos y alcohol
resignada
aguardando el inminente mar de lejía
que lo inunda todo
cuando cierran los bares.
El mesero se acerca con mi cambio
me levanto
y no tengo más para ella
que una sonrisa de complicidad.
Han comenzado a apagar las luces
al fondo
detrás de las cortinas
la orquesta ensaya un Blues.
Maikel Nieves Cruz
que en un descuido
el borracho de enfrente
dejó caer bajo su mesa.
Quizás
sólo quizás
antes de ser vendida
soñó con unas manos tersas
que jugueteaban con ella
o que encendía los puros
de un político importante.
Sin embargo
allí está
manchada de vómitos y alcohol
resignada
aguardando el inminente mar de lejía
que lo inunda todo
cuando cierran los bares.
El mesero se acerca con mi cambio
me levanto
y no tengo más para ella
que una sonrisa de complicidad.
Han comenzado a apagar las luces
al fondo
detrás de las cortinas
la orquesta ensaya un Blues.
Maikel Nieves Cruz