Momentos como estos me hacen reflexionar sobre la grandeza del ser humano, sobre el verdadero propósito de esta raza que representa apenas un diminuto lunar en la pantorrilla del universo.
Hace unos minutos me encontraba inmerso en mi rutina diaria: escribía un poema y un mensaje a un amigo de Manchester que me honra con su admiración, cuando descubrí una verdadera pieza de arte en Internet. Se trata de una composición musical de Anthony Hopkins que escribió hace aproximadamente 50 años. Sí… el señor de “El silencio de los corderos” y “The Rite”.
Resulta que este señor, antes de convertirse en uno de los mejores actores de todos los tiempos, compuso algunas piezas. Vamos… por pasar el rato. El asunto es que este vals horadó mi ser hasta lo más profundo. Esta es la innegable obra de un genio, el destello de una estrella que deslumbra a la humanidad.
Hace vente años, mi profesora de primaria nos decía que todas las personas tenemos las mismas posibilidades intelectuales en la vida. ¡Una de las mayores mentiras del mundo! No señores, no dejen que los engañen como a bebes… todo el mundo NO es igual. Existen un puñado de seres, escogidos por Dios, Mahoma, Buda, La Virgen, el azhar, o cualquier santo al que le reces, cuyo propósito es impulsar la raza humana y demostrar el potencial infinito de la mente. Anthony Hopkins, sin dudas, figura entre ellos.
Por esta noche no los enrollo más, pero antes de despedirme les comparto una frase de la última película que vi en el cine (muy recomendable, por cierto). El filme se titula “The Imitation Game”, y la frase es la siguiente:
“A veces es la gente de la que nadie imagina nada, quienes hacen las cosas que nadie puede imaginar”
Por cierto, y antes de que se me olvide, este es el enlace del vals, disfrútenlo:
http://historiaspositivas.com/mira-la-reaccion-de-anthony-hopkins-al-escuchar-por-primera-vez-un-vals-que-compuso-hace-20-anos/
Que tengan una excelente noche