No cabe duda de que el mayor motor del arte son los sentimientos. Hoy tuve la dicha de apreciar dos obras de un artista, las cuales fueron magistralmente comentadas. Me reservo el derecho de nombrarlo para no exponerlo; sin embargo, debo admitir que fue la sorpresa de la semana, del mes, posiblemente del año.
Los artistas, y en especial los pintores y los escritores, nunca dan una pincelada o colocan una sílaba en vano; siempre existe eso que se llama “motivo”, y que se escurre fácilmente bajo la pupila del inexperto. Y es que los artistas, si me puedo incluir en ese grupo, tenemos una óptica peculiar y un tanto alterada de la vida, el universo, e incluso las personas que nos rodean.
-Comencé a pintar algunas figuras las cuales fueron tomando la forma de mujer- dijo como si fuese lo más natural del mundo. Debo admitir que si yo comienzo a pintar lo primero que me venga a la cabeza, es muy probable que la primera persona que se acerque a mi trabajo, vomite. Es por eso que soy escritor y no pintor, pero puedo reconocer el talento en alguien cuyo cerebro trabaja más rápido que la consciencia. Me ha pasado muchas veces en mi terreno: comienzo a escribir un poema y lo hago de manera maquinal, como si mi cerebro lo hubiese masticado durante mucho tiempo y pasarlo al ordenador fuese simplemente la etapa final de un proceso madurado. Me sucede incluso ahora, cuando hace apenas un par de horas vi las obras y estas líneas brotan como un manantial.
Según sus propias palabras, acompañó la creación de una de las obras con una botella. Cabe acotar, que para los artistas, el alcohol puede ofrecer un estado alterado de la consciencia que remarca sus aptitudes y despierta completamente el genio. Mis palmas en ese sentido, aunque no es necesario llevarlo al extremo como los famosos exponentes del arte psicodélico, los cuales vierten alucinógenos en las pupilas para pintar lo que ven. En fin… el traguito no está mal, de vez en cuando se hace buen arte con el.
Muchas gracias a todos los que fueron testigos. En especial a los protagonistas, que saben perfectamente quiénes son.
PD: Y sí, me dedico a esto, y la prueba es que son las dos de la madrugada y apenas siento que empiezo.
Maikel Nieves Cruz